CASI EN CASA

Por ANA ROBINSON

¿Cuántas malas noticias hemos recibido esta semana? Sin duda hemos sentido temor, dolor o incertidumbre. 

En este mundo caído la enfermedad, la muerte, los desacuerdos, las riñas, la guerra y el sufrimiento son más probables que una vida fácil. Pero, si estamos en Cristo, podemos confiar que Él ya ha vencido. En el futuro su Reino va a triunfar. El poder de la muerte y el pecado van a ser destruidos de una vez por todas.

Las aflicciones son leves y pasajeras

En la segunda carta a los Corintios, el apóstol Pablo anima a la iglesia a perseverar durante el sufrimiento y dificultad. Recordándoles que Dios nos transforma a través de estas aflicciones pasajeras. Dios está obrando en nosotros el parecernos más a Cristo: 

“Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día. Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”

2 Corintios 4:16-18 NBLA

Podemos confiar que nuestras aflicciones son leves y son pasajeras. Vendrá un día en el que nos alegraremos y ese gozo no nos será quitado jamás. Además, nuestras aflicciones no son simplemente circunstancias aleatorias. No, el sufrimiento cumple un propósito para aquellos que somos hijos de Dios. (Jn 16:22, Mat 11:30)

Contemplemos la eternidad

Probablemente tengamos que soportar algunas aflicciones por años o décadas. Algunos vamos a tener vidas más difíciles que otros. Pero si consideramos cuántos años pasaremos en la eternidad en la presencia de nuestro Dios, estas aflicciones realmente son cortas.

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con Él a fin de que también seamos glorificados con Él. Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.”

Romanos 8:16-18 NBLA

Preparémonos para la eternidad

Esta vida que se nos ha sido dada por el Creador es temporal. Viviremos aquí 80 o 90 años. Pero pasaremos la eternidad con Dios en su Reino, o en el lugar del castigo eterno. Tenemos la opción de ignorar el llamado que Dios nos hace a arrepentirnos de nuestros pecados o podemos poner nuestra fe en el sacrificio de Jesús como el pago suficiente. 

Al poner nuestra fe en la muerte de Cristo en la cruz, nos apropiamos de su muerte y de su resurrección. Estando ahora en Cristo, seremos resucitados y reinaremos con Él.

“Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él, sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Porque en cuanto a que Él murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto Él vive, vive para Dios. Así también ustedes, considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.”

Romanos 6: 8-11

Si ya hemos puesto nuestra fe en Cristo, vivimos para Él, no para nosotros mismos. Nuestras metas en esta vida deben ser diferentes a las del mundo. Ya no trabajamos para obtener riquezas, poder, fama o placer. Trabajamos para darle gloria a Dios en todo: nuestras acciones, palabras, tiempo, dinero, esfuerzo físico, etc. La manera en la que vivimos le predica al mundo lo que realmente creemos: ¡Dios es digno de que le ofrezcamos toda nuestra vida!

“No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.”

Mateo 6:19-21 NVI

Ten animo

Si pasamos por dificultad, podemos poner nuestra mirada en la gloria futura, eterna y duradera. Rodeados de la presencia del Señor y de su amada Iglesia. Estos sufrimientos realmente son temporales.

Te dejo con este canto traducido de Almost Home 
por Matt Boswell, Matt Papa y Lauren Papa:

No dejen caer el ancla, ya casi llegamos a casa
Pasando dificultades y peligros, ya casi llegamos a casa
¿Cuántos santos peregrinos han ido antes que nosotros?
No nos detendremos, ya casi llegamos a casa

Aquella tierra prometida nos está llamando, ya casi llegamos a casa
Y ni una lágrima ha de caer entonces, ya casi llegamos a casa
Preparen sus almas para ese Reino venidero
No hay vuelta atrás, ya casi llegamos a casa

Casi en casa, ya casi llegamos a casa
Perseveremos hacia esa hermosa costa
¡Alabemos al Señor!, ya casi llegamos a casa

En este viaje juntos, ya casi llegamos a casa
Hacia ese gran por siempre, ya casi llegamos a casa
¿Qué canto nuevo cantaremos delante de ese trono?
Ven, débil de corazón, ya casi llegamos a casa

Casi en casa, ya casi llegamos a casa
Perseveremos hacia esa hermosa costa
¡Alabemos al Señor!, ya casi llegamos a casa

Esta vida es tan solo un vapor, ya casi llegamos a casa
El sol se está ocultando, ya casi llegamos a casa
Se valiente, porque esta oscuridad desaparecerá en amanecer
¡Levanta tu mirada!, ya casi llegamos a casa

Casi en casa, ya casi llegamos a casa
Perseveremos hacia esa hermosa costa
¡Alabemos al Señor!, ya casi llegamos a casa

Por ANA ROBINSON

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